domingo, 19 de enero de 2014

Gordon Freeman vuelve a las andadas

Half-Life 2


Historia

Uno de los videojuegos que sin duda dejaron una impronta imborrable con su lanzamiento fue Half-Life (1999). Su modelo de jugabilidad, sencilla pero al mismo tiempo tremendamente disfrutable, ha sido el modelo de incontables juegos de disparos en primera persona. Valve deslumbró con esta obra a los críticos de todo el planeta por muchas razones, entre ellas la larga duración y lo trabajado del argumento.

Empleando el mismo motor gráfico se crearon excelentes expansiones como Blue Shift u Opposing Force, que compartían los hechos cronológicamente de la historia original pero desde distintas perspectivas. Esto no hacía sino confirmar la amplitud y profundidad de la trama.

Los alienígenas esconden secretos atroces.

Como en 1999, la historia comienza en un tren.

En 2004, Valve presentó la esperada continuación, Half-Life 2. Electronic Arts sustituía a la antigua Sierra Studios como distribuidora de lo que se auguraba como una obra maestra. El éxito de ventas fue sonoro, y con más de 12 millones de copias vendidas superó a su mítico original.

Después de que Gordon Freeman eliminase a Nihilanth, supusimos que había cerrado todos los portales entre el árido planeta Xen y la Tierra, impidiendo de esta forma las invasiones alienígenas. La destreza del aguerrido científico fue tal que el misterioso G-Man decidió hacerle una oferta de trabajo que no pudo rechazar. Freeman quedó así hibernando a la espera de que este individuo con traje azul y maletín le asignase una misión.

En torno a veinte años después de los hechos acaecidos en Black Mesa, la Tierra ha sido conquistada por la Alianza, un ejército extraterrestre que ha dispuesto un gobierno humano títere. En Ciudad 17 observamos un ambiente distópico en el que la humanidad vive recluida y controlada. Soldados, alambradas, interrogatorios, desapariciones y propaganda son la tónica dominante en esta nueva capital del globo terráqueo.

Ciudad 17, un lugar lleno de vigilancia y represión.

Reencuentros con viejos amigos.


Aparentemente, los esfuerzos de Freeman fueron en vano, porque la muerte de Nihilanth desencadenó una nueva tormenta de portales por la que se colaron fuerzas de la Alianza. Ante la caótica situación de la Tierra, G-Man encomienda a su 'nuevo' empleado que lidere el movimiento de resistencia de los humanos para darle un vuelco al conflicto.

El guión, como podemos observar, es más que interesante. A lo largo del juego escucharemos conversaciones que nos irán desvelando información más detallada sobre todo esto. Volvemos a ver a personalidades carismáticas de la entrega inicial como el ex agente de seguridad Barney Calhoun o los científicos Vance y Kleiner. Aunque el final interrumpe la narración de forma brusca, Half-Life 2 cuenta con continuaciones que retoman el hilo.


Jugabilidad

El principal acierto de Valve es mantener la forma de juego que triunfara cinco años atrás. De esta forma, cualquiera que supiera desenvolverse en el primer Half-Life pronto se hallará aquí como pez en el agua. El sofisticado traje de protección de Freeman incorpora las mismas herramientas (una resistente armadura, una linterna, etc.) con algunos añadidos, como es el caso de correr a gran velocidad.

El control de vehículos es una novedad en la saga.

Los zombis, siempre al acecho.


El catálogo de armas es similar, y su interfaz casi idéntica. La principal novedad reside en el extraño artilugio denominado pistola gravitatoria, capaz de atraer y lanzar objetos con gran fuerza, así como de proyectar pequeños rayos a los enemigos que se hallen a escasa distancia.

En los enemigos encontramos más de lo mismo: innovación y buena carga de nostalgia. Los clásicos 'headcrabs' con sus numerosas variantes de zombis o esas criaturas adosadas al techo que pescan incautos con su larguísima lengua son ejemplos de ello. También nos las veremos con el inagotable ejército de la Alianza, capaz de irrumpir en cualquier lugar y momento como hiciera la HECU (Unidad de Combate en Entornos Peligrosos). La lista de peligros para Freeman, por consiguiente, se ha ampliado.

La inteligencia artificial de los personajes, tanto aliados como oponentes, es francamente convincente. Se parapetan en combate como haría un jugador humano, salvan obstáculos para acompañarnos, etc. En zonas estrechas tal vez pueden estorbar un poco, pero saben dejar paso antes de recibir un balazo (que por otra parte no les causaría ningún daño). La mitad del juego la pasaremos en solitario, ya que es frecuente encontrar compañeros de armas de muy variados tipos, desde humanos a bichos, pasando por los ya conocidos 'vortigaunts'.

Cogiendo un televisor antes de lanzarlo por la ventana.

Half-Life 2 tiene una buena dosis de 'gore'.


La sensación de estar en un enorme espacio abierto (en contraposición a las claustrofóbicas instalaciones de Black Mesa) es muy intensa. Podemos retroceder bastante territorio, y no hay interrupciones en forma de capítulos salvo los tradicionales "cargando...". La partida se puede salvar en cualquier momento. Hemos de señalar la prolongada duración del juego.

Algunas situaciones requerirán un poco de lógica o atención para poder avanzar, pero estos puzles no precisan de una gran trabajo mental. Encontrar la manivela correspondiente o apilar objetos hasta sumar un determinado peso son ejemplos de esto. La esencia de la saga, por tanto, se mantiene intacta.

Al margen de la trepidante campaña individual, Half-Life 2 ofrece un modo multijugador típico, Deathmatch. Cuenta con diversos escenarios a nuestra disposición y la posibilidad de escoger entre los personajes más importantes de la entrega. Se puede combatir en dos equipos enfrentados o individualmente. La utilización de la pistola gravitatoria, con la que podemos arrancar y arrojar objetos del entorno, es su toque distintivo.

Aliados insospechados nos prestarán su ayuda.

Botiquines y energía para el traje, elementos clásicos.


Cuestiones técnicas

Los gráficos destilan un gran realismo. Tanto los lugares como los seres vivos rebosan de detalles que amenizan la aventura. Pasaremos por escenarios tanto exteriores como interiores, algunos de ellos muy particulares (como la ciudad fantasma de Ravenholm) La ambientación futurista y sombría está muy bien conseguida.

Hay dos aspectos que sobresalen en el campo visual. El primero de ellos es la animación de los personajes. En sus caras se mueven los músculos de tal forma que expresan sentimientos como la ira, el alivio o la tristeza con una autenticidad pocas veces vista en el mundo de los videojuegos. Los movimientos de sus cuerpos son igualmente verosímiles y fluidos.

En segundo lugar, la relación física con el entorno es pasmosamente real. Podemos golpear, coger, lanzar, disparar, etc., todo tipo de objetos desperdigados por los mapas. Los materiales como el cartón o la madera tienen una resistencia distinta a los metálicos. Half-Life 2 fue y sigue siendo toda una referencia en este ámbito.

Deberemos atravesar vastas regiones llenas de obstáculos.

La iluminación está muy cuidada.


Eso sí, fiel al estilo de la saga no podemos ver ni el cuerpo ni la sombra de Freeman. Es más, los objetos flotan en medio de la pantalla cuando los recogemos. Lejos de resultar molesto, es más cómodo para el jugador.

Los efectos sonoros potencian la nostalgia por el original al compartir muchos de ellos: los botones, los botiquines, el chasquido de la linterna, etc. Además, cada arma y cada enemigo tienen unos sonidos característicos que funcionan a la perfección. El ruido ambiental es envolvente.

La música, que curiosamente nunca ha sido importante en Half-Life, es fiel a la atmósfera futurista de esta entrega y se inserta coherentemente con lo que vemos en pantalla. El juego está doblado y traducido al castellano con mucha calidad.


La expresión facial es deslumbrante.

El padre Grigori, una de las figuras más emblemáticas del juego.


Conclusión

La ambientación casi apocalíptica y el realismo técnico son un marco estupendo para las numerosas horas de diversión que ofrece Half-Life 2. Las pegas son nimias; fundamentalmente, que su historia precisa de continuación (y la tiene) y que las pausas de carga pueden hacerse un poco tediosas. Es un videojuego imprescindible, y también un magnifico ejemplo de cómo un juego clásico se puede adaptar a las últimas tecnologías disponibles.


Puntuación: 10

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