martes, 7 de octubre de 2014

Los pantanos de la sociedad

La isla mínima


Cada vez son más los cineastas españoles que apuestan por el cine de género, una fórmula que Hollywood ha sabido explotar con éxito durante décadas. El 'thriller' está siendo uno de los géneros más recurrentes en este sentido, y el último ejemplo de ello lo tenemos en La isla mínima, la última película del director sevillano Alberto Rodríguez (7 vírgenesGrupo 7).

Andalucía, 1980. Dos detectives de ideología opuesta y que no atraviesan un buen momento en el cuerpo policial son enviados a un remoto pueblo de las marismas sevillanas para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. Allí descubrirán una comunidad que parece funcionar con sus propias reglas y en la que nadie dice saber nada.

Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo, el dúo protagonista.


Rodríguez presenta aquí un filme de registro tranquilo pero con un suspense creciente.  No encontraremos tanta acción como en El Niño, pero sí más intriga e inquietud. Poco a poco se va embrollando una historia de corte policiaco que cuenta con los clichés propios del género: el detective joven y sereno, el detective veterano e inflexible, la gente que sabe y calla, el periodista entrometido... El hecho de girar en torno a un tipo de crimen que por desgracia sucede cada año (la comparación con el caso de Alcàsser es inevitable) atenaza todavía más al espectador.

El elenco que encabezan Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez como pareja de policías ofrece unas interpretaciones magníficamente trabajadas en todos los aspectos, desde sus diálogos hasta sus muecas. Gutiérrez está sensacional en el pellejo del detective áspero. Entre los secundarios encontramos a intérpretes de alto nivel como Antonio de la Torre, Nerea Barros, Jesús Carroza y Jesús Castro, cuyo hieratismo queda aquí todavía mejor que en El Niño.

Los parajes naturales están siempre presentes en la película.


Una fantástica ambientación recoge la paradoja de enmarcar un argumento seco en una zona húmeda, una historia siniestra en la a priori alegre Andalucía. Pronto descubriremos una suerte de reducto aislado de la España profunda que más se asemeja a la posguerra que a los años ochenta. Allí nos topamos con el cacique de turno, la lucha sindical de los jornaleros, gente con una escopeta al hombro, supersticiones e ignorancia.

El magnetismo se extiende también a lo puramente visual gracias a la soberbia fotografía de Álex Catalán, quien plasma la naturaleza laberíntica de los parajes anexos al Guadalquivir incluso con algunos maravillosos planos cenitales del Coto de Doñana. 



El largometraje de Alberto Rodríguez se desarrolla de forma muy satisfactoria y cuenta con un final de esos en los que te quedas sentado en la butaca atando cabos mientras los títulos de crédito desfilan en la pantalla. Como en las grandes películas de intriga, hay que mantenerse alerta y prestar atención a los detalles.

Con todos los ingredientes del 'thriller' clásico en los que la tensión es constante, La isla mínima es seguramente el mejor filme español del año. Contiene secuencias memorables como la persecución nocturna en el campo y sobre todo una atmósfera turbia que lo envuelve todo.


Puntuación: 8


T.O.: La isla mínima / España / 2014 / Dirección: Alberto Rodríguez / Elenco: Javier Gutiérrez, Raúl Arévalo, Antonio de la Torre, Nerea Barros, Jesús Castro / Género: Intriga / Duración: 105 minutos

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