domingo, 10 de enero de 2016

Al fin llegó el principio

La guerra de las galaxias. Episodio I: La amenaza fantasma


En 1977 y ante la falta de tecnología y presupuesto necesarios, George Lucas comenzó una de las sagas cinematográficas más famosas de la historia por su cuarto episodio. Habría que esperar nada menos que dieciséis años desde El retorno del jedi para que La guerra de las galaxias estrenara su primer capítulo. Huelga decir que la expectación era desbordante.

La amenaza fantasma (1999) nos transporta a unas tres décadas antes de los hechos de Una nueva esperanza, cuando Anakin Skywalker es tan sólo un niño. Por entonces la mayor parte de la galaxia se integra dentro de la República, aunque surgen tensiones cuando la Federación de Comercio somete a bloqueo al pacífico planeta Naboo. No es éste el mayor de los problemas de los jedi, guardianes de la paz, puesto que hay indicios de que los sith han vuelto a aparecer.

Se inicia la historia de Anakin Skywakwer, eje de la saga.


El mayor riesgo que asumió Lucas fue un cambio de enfoque respecto a las películas originales. El Episodio I no habla de las aventuras de un grupo clandestino de marginales, como fueran los contrabandistas Han Solo y Chewbacca, el repudiado jedi Obi-Wan. o la rebelde Princesa Leia. En lugar de eso, la nueva trilogía se dedica a describir el contexto de una civilización que, como sabemos, acabará entrando en decadencia.

Una de las mayores fortalezas del filme reside en Liam Neeson, puesto que él solo es capaz de dotar de convicción y verosimilitud al conjunto, un aspecto clave en la ciencia ficción. La madurez de su Qui-Gon contrasta con la juventud de los personajes de Ewan McGregor, Natalie Portman y sobre todo Jake Lloyd en el papel de Anakin.

Los sith han reaparecido tras una larga ausencia.


Ésta es una película de iniciación, dado que los personajes más importantes de la nueva trilogía están madurando todavía. El principal interés está en conocer el origen de aquellos personajes que marcaron al mundo a finales de los setenta y principios de los ochenta, incluyendo a R2-D2 y C-3PO.

El rol de villano recae en Darth Maul, un atemorizador sicario que no pierde tiempo con palabras y que parece dispuesto a todo para cumplir con las órdenes de su maestro. Por alguna razón siempre se le ha concedido una enorme importancia al patoso e hilarante Jar Jar Binks, una figura generadora de un odio que nunca he acertado a comprender.

Lucas se las ingenia para construir imágenes y secuencias inolvidables, como la ciudad subacuática de los Gungan, la carrera de vainas o el extraordinario duelo de espadas láser que probablemente sea el mejor de toda la saga. Su clímax a tres bandas es una verdadera delicia.



El vestuario y las localizaciones son tan variopintos como asombrosos, y combinados con los efectos especiales configuran una potencia visual nunca vista hasta entonces. La sublime partitura de John Williams no se queda atrás.

La amenaza fantasma no tiene personajes tan carismáticos como Han Solo, y exhibe a veces un humor muy infantil, pero lo que consigue no tiene precio: que el espectador vuelva a ser un niño tenga la edad que tenga. Quien se haya criado viendo la trilogía original y reniegue de lo nuevo de forma irracional tiene un diagnóstico claro, que es el de cascarrabias envejecido prematuramente.


Puntuación: 7,5


T.O.: Star Wars. Episode I: The Phantom Menace / EE.UU. / 1999 / Dirección: George Lucas / Elenco: Liam Neeson, Ewan McGregor, Natalie Portman, Jake Lloyd, Samuel L. Jackson / Género: Ciencia ficción / Duración: 130 minutos

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